sábado, 14 de marzo de 2009

Las redes sociales

Considero que en la actualidad se está dando un proceso de "hiperinflación" de las redes sociales, que lejos de parecerme saludable, creo que debería despertarnos una cierta preocupación. Es innegable que las nuevas tecnologías pueden resultar un instrumento excepcional (no tanto cualitativamente como cuantitativamente) a la hora de relacionarse, y que uno de los objetivos vitales de todo individuo es su integración en la sociedad y el sentimiento de pertenencia a un determinado grupo. Ahora bien, partiendo de dichos argumentos contra los que probablemente resulte inadecuado luchar, debemos plantearnos la idoneidad del uso de las redes sociales para satisfacer tales circunstancias. Creo que las redes sociales fomentan el individualismo, se establecen seudo relaciones sociales sin contacto real con la gente, desde la soledad de tu hogar, tú solo, ante tu ordenador. Se crean vínculos ficticios que pueden confundir a los adolescentes más inseguros. Cada persona crea un perfil en el que se trata de dar una imagen artificial de uno mismo, mediante una foto meticulosamente seleccionada y un perfil exagerado positivamente, intentando despertar el interés de la gente casi a modo de “anuncio de contactos”. La realidad virtual y engañosa en la que nos sumerge nos hace pensar que estamos conectando con personas, cuando en realidad se está dando un proceso de desconexión real, eso sin contar con el hecho de que se fomenta que en la amistad se deje de lado la calidad y la importancia únicamente erradique en la cantidad de amigos a conseguir, que cuanto mayor, despierta mayor satisfacción a pesar de que probablemente nunca se llegue a establecer el más mínimo vínculo con la mayoría de “amigos”. Con ello, no quiero utilizar el tópico argumento que condena Internet por ser un elemento que aísla a los individuos. Nada más lejos de la realidad, ya que únicamente defiendo que un mundo que cada vez viaja más hacia una realidad capitalista y materialista, está dando lugar a una mentalidad que únicamente valora el tener, sin reparar en la calidad de lo que se tiene, sin buscar la originalidad y la diferencia, actuando como rigen las masas, buscando la aceptación a toda costa.

Estas redes y sus precursores se aprovechan de la actitud sumisa de los adolescentes ante las modas, les engaña haciéndoles creer que pueden elevar su éxito social mediante la creación de un perfil. El simple hecho de adherirnos o de aceptar una adhesión de cualquier desconocido supone una satisfacción social, aunque dicho contacto, puede tratarse de un ser de toda índole o condición. Los empresarios creadores de estas plataformas, utilizan la inseguridad propia de la etapa adolescente para otorgarles unas posibilidades que les facilita y reduce sus miedos de forma artificial, no permitiendo que el adolescente viva esa etapa de inestabilidad tan necesaria para su desarrollo personal, y que tras ser superada, da lugar a un adulto con habilidades sociales y con relaciones efectivas.
Personalmente, sigo considerando que la manera más efectiva y satisfactoria de relacionarse es el contacto directo, hablar, compartir actividades reales, con los dos o tres amigos de siempre.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo que dices es interesante, pero si no a través de las redes sociales, siempre el adolescente o el joven adulto solitario o inseguro va a encontrar el modo de aislarse o de pretender que tiene lo que en realidad no tiene. Esto puede darse también en las relaciones cara a cara. Si tú bebes, yo bebo, si tú fumas lo que sea, yo ídem, si tú tienes esto y lo otro yo me haré con un par de ellos... Las redes sociales irán dejando de ser un boom cuando dejen de satisfacer estas necesidades de figurar, agradar, coleccionar personas, fingir lo que no se es.

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